Vamos, sin prisas,
a ver a las gaviotas
sobre la arena.
Son especiales.
Nos miran de reojo
y se retiran.
Buscan la orilla,
allí donde las olas
dejan la espuma.
El manto blanco,
se estira caprichoso
para mojarnos.
Quizás un beso
nos dejan esas olas,
tras la resaca.
Pero sigamos,
detrás de las gaviotas
que alzan el vuelo.
Quizás, nosotros,
volemos como ellas
con nuestros sueños.
Crucemos mares,
busquemos por la costa,
los cormoranes.
Ellos se estiran
secándose las alas
que están mojadas.
Y en esta escena,
juntemos las dos manos
y corazones.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/22
Siempre el amor vuela con alas de plata, precioso.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Volar con los sueños, más precioso ...
ResponderEliminarNo sabía lo que era ''cormoranes'', algo nuevo he aprendido hoy
Beso, Rafael
Gracias Mujer de Negro, es un ave marinera y suele acompaña a las gaviotas en la costa.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Albatros, gaviotas y cormorares, así, libres sobre el mar, quién pudiera ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo
A veces se les envidia, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Y de fondo, la canción del mar acompasando dos corazones.
ResponderEliminarEl poema, tan lleno de imágenes, huele a salitre.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica
EliminarAbrazo.
Maravilloso vuelo
ResponderEliminar❤❤❤❤