Hay ojos tristes
que buscan en el cielo
a las estrellas.
Son las miradas
de niños y mayores
muy inocentes.
Porque quedaron
parados en el tiempo
y los recuerdos.
Tiempos de infancia,
de risas y alegrías
que hoy, bien se añoran.
Y es que otros ojos
apenas tienen tiempo
de ver el cielo.
Están sujetos
al polvo y al cansancio
de su trabajo.
No tienen pan,
les falta la comida
y son hermanos.
Pero los hombres
marcamos las distancias
con egoísmo.
No sé, por qué,
se enturbia la mirada.
¡Quiero ser niño!
...Mirar al cielo.
Hablar con las estrellas
y oír su voz.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/09/22
La mirada inocente de un niño... ¡quién pudiera recuperarla!
ResponderEliminarHermoso❤
Gracias Galilea.
EliminarMuy bonito Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
La mirada triste de un niño nos traspasa el corazón, pero hay demasiados niños tristes.
ResponderEliminarUn abrazo
Por desgracia es como dices, Maripau.
EliminarUn abrazo.
La vida no es fácil ni sencilla y la felicidad son momentos. Demasiada densidad. Se nos va apagando el brillo.
ResponderEliminarLa infancia debería ser un lugar seguro donde aprender, pero se ha convertido en una adultez prematura.
Abrazo, Rafael.
Por desgracia es como dices Verónica.
EliminarUn abrazo.