Calles vacías.
La vida se ha parado.
Llegó la noche.
Se estiran sombras
de inmóviles farolas
y de los árboles.
Un perro ladra,
quizás es vagabundo,
sin pan y casa.
Sopla la brisa
y anima los cabellos
de la fontana.
Bares y tiendas,
cerrados y durmiendo
hasta mañana.
Cunde el silencio,
la niebla tiene magia
y ya se asoma.
A todo esto
tú duermes en tu cama,
ajena al mundo.
Miro tu cara,
te robo la sonrisa
y me estremezco.
Eres mi amiga,
y siempre vas conmigo:
"Luna de plata".
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/22
La luna no abandona nuestro sueño, sin embargo nos rompen nuestros sueños en el día a día. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Una bonita amistad. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Neuriwoman.
EliminarUn abrazo.
Romántico y suave este poema.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Esas calles que a una determinado hora se duerme , es la calma de la noche y siempre acompañada de esa luna de plata . Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarCierto Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo.
La luna está contigo, sabe que la admiras y ella te inspira constantemente, Rafael...El alma vuela en tus versos y se eleva al universo. Muy bello, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y cuídate mucho, amigo.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.