Hojas caídas
de robles y de hayedos
forman alfombras.
Su colorido
seduce y enamora
sin darte cuenta.
Vas con cuidado,
la pisas con cariño,
es como un sueño.
Y tienes miedo
que quiebre aquel hechizo
ante tus ojos.
También suspiras
y piensas en un rato
por la ribera.
¡Qué más quisieras
poder hacer presente
ese recuerdo!
Pero lo sueñas,
y evocas en tus versos
dándole vida.
Vuelves al bosque
y encuentras la figura
tan añorada.
Buscas sus labios,
sus ojos tan menudos,
su frágil cuerpo.
En un instante
le llenas de caricias
en un abrazo.
Luego susurras,
su nombre y un "te quiero"
mientras la besas.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/22
Así caeremos al suelo, como las hojas. Feliz noche Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Ahora sí que podemos decir que estamos en Otoño, dejemos que esas hojas caigan del todo, es como si los árboles de desnudaran para vestir un nuevo traje . Besotes.
ResponderEliminarCierto Campirela, estamos en otoño.
EliminarUn abrazo.
El otoño nos lleva a la naturaleza, y mientras disfrutamos de su belleza acuden las ausencias. Las que de verdad importan. Al menos los poetas pueden revivir y capturar instantes eternos.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.
Esa mágica alfombra de hojas secas no están muertas porque a veces nos traen lo que más añoramos a nuestra vida. El otoño con sus misterios y belleza tan particular es motivo de una inspiración sin igual.
ResponderEliminarUn abrazo para ti, que tengas bello domingo amigo. Paty
Es como dices, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz semana.