Llegó el silencio,
no trajo gabardina
ni otro ropaje.
Con él, desnudo,
camino por la vida,
sin saber dónde.
Yo le pregunto,
sin frases ni palabras,
y él me responde.
Así charlamos,
sabiendo que, en el fondo,
nos entendemos.
Hay muchos ratos
de calma y de sosiego
en nuestros pasos.
Pero en algunos,
hay gritos y alaridos
inexplicables.
Son de las almas
que ansían compañía
y la precisan.
Son de los niños
que buscan las sonrisas,
en los demás.
Por eso pienso
lo bueno y lo perverso
de este silencio.
Todo en su punto,
también en su momento,
y sin pasarse.
¡Llegó el silencio!!,
decía en el comienzo,
y al empezar.
¡Pues que se espere!,
me digo, ya que hay niños
en el poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/22
Creo que en el silencio todos buscamos algo.
ResponderEliminarGracias Frases Bonitas.
EliminarPues que ese silencio hable ya, por esos niños que viven en el poema. Feliz tarde. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buenos estos versos, muy profundos.
EliminarGracias por tus palabras Carmen.
EliminarUn abrazo.
En este caso el silencio del poema hablo y de que manera. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Hay silencios que se rompen con el sonido de los inocentes.Un placer leerte Rafael.Te dejo un beso.
ResponderEliminarGracias Sol.
EliminarUn beso.