La rosa blanca
hacía que sus pétalos
te recordaran.
Hubo otra rosa,
que un día, en un verano,
te regalé.
Y tú me diste
a cambio una sonrisa,
cumplidamente.
Aquella escena
la guardo y la conservo
en mi recuerdo.
Rosa a tus manos
que luego fue a tu pelo
y allí quedó.
Un beso dulce
cargado de ternura
y de pasión.
Luego el paseo,
la sangre acelerada
y los silencios.
Yo te miraba
y tú me respondías
en tus pupilas.
Largos suspiros,
susurros sin palabras
y un gran candor.
¡Te amaba, entonces,
mi rosa inmaculada,
y te amo hoy!
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/22
Hay amores, que aunque estén ausentes, son eternos. Bello leerte Rafael. Un abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
¡¡Que bonito poema!!
ResponderEliminarEn la vida hay amores que nunca pueden olvidarse....
Un abrazo.
mariarosa
Cierto María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Sonrisas, besos y pétalos…
ResponderEliminarQué hermoso racimo de sentires que abrigan y enamoran…
Un placer, amigo.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Gracias Ginebra.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Hay momentos que quedan impresos en la memoria... así como sentimientos en el corazón.
ResponderEliminarPreciosa evocación amigo, un abrazo para ti. Paty
Es como dices Paty.
EliminarUn abrazo y gracias.
La rosa blanca símbolo de un amor puro siempre queda grabado en esa memoria selectiva que algunas veces tenemos . Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.