sábado, 5 de noviembre de 2022

5.271 - DE NUEVO VINO...



De nuevo vino

la lluvia hasta mi lado

y me mojó.


Gotas del cielo

perdidas de unos ojos

casi invisibles.


Pero ese roce,

sublime, de su llanto,

me entristeció.


Quiero la lluvia

que riega, dulcemente,

calles y campos.


Quiero sentirla,

mojarme con sus gotas,

y suspirar.


Quiero que apague

la sed de mis entrañas

en el silencio.


Pero no quiero

la lluvia entristecida

que me contagie.


Esa me sobra,

prefiero que se quede

en otros ojos.


Y si no puede

que baje hasta la tierra

y vaya al mar.


Que allí se calme,

se mezcle y purifique

con el salitre.


Rafael Sánchez Ortega ©

05/11/22

6 comentarios:

  1. Cuántas formas podemos dar a esa lluvia, unas que nos moje los campos y sean saludables, pero a la vez otra nos puede afectar y sentirnos tristes.
    Pues ni una cosa ni otra, la belleza de tu poema nos hace sentirnos libres como tus mariposas. Un besote Rafael.

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  2. La lluvia es muy importante, Rafael. Cuando estamos de buen ánimo la recibimos agradecidos, cuando estamos tristes, aumenta nuestra tristeza. Sin embargo la lluvia nos limpia el mundo, nutre los campos y nos llena de vida. Es todo un regalo del cielo, amigo.
    Mi abrazo y mi ánimo, compañero de letras.

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    Respuestas
    1. Es cierto que la lluvia es un regalo del cielo, María Jesús.
      Un abrazo.

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  3. Una lluvia que limpie, que se lleve lo malo.
    Bellos versos ❤❤👏👏

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