Ya suenan los campanos
de vacas, en la aldea,
y salen las tudancas,
las pintas y las negras.
Las llevan a los campos
en busca de la yerba,
regada por la helada
venida en la verbena.
¡Qué noche más oscura
sin luna y sin estrellas,
las nubes la cubrían
dejando su tristeza!
Las noches del otoño
son frías y muy frescas,
y vienen con rocíos
a cuadras y despensas.
Entonces las cocinas
encienden sus hogueras,
se atiza bien las brasas
y vuelan mil pavesas.
Calor en los hogares,
se busca y se desea,
y ansiamos esos ratos
que ahora son leyenda.
Por eso, los campanos,
dan vida, como en fiesta,
y son como latidos
que surgen de la gleba.
Anuncian que aquí hay vida,
que algunos van a leña,
bajando de los montes
astillas y maderas.
Con ellas los pastores
preparan, su despensa,
cocido en las comidas,
y cena con jarrepas.
La leche, bien caliente,
en tazas siempre llenas,
teniendo la sonrisa
y el alma bien despiertas.
"...Ya suenan los campanos,
el día ya se alegra,
las vacas y pastores
comienzan la faena..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/22
Una pintura de un mundo diferente y para algunos, yo, entre ellos, es desconocido, pero tus veros lo hacen una realidad.
ResponderEliminarmariarosa
Le tengo muy cerca, María Rosa.
EliminarUn abrazo y gracias.
Un poema con sabor a leña. Precioso Rafael.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Se nota que sabes de lo que escribes, y queda tan bien descrito en tus versos que casi podemos hasta olerlo. Precioso, Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Yashira.
EliminarUn abrazo.
Un amanecer para seguir en la lucha, tras los campanos. Feliz día Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Cómo se nota cuando el poeta "habla" de lo que bien conoce ;)
ResponderEliminarMe encanta. Me llevaste a tu tierra, que adoro.
Abrazo, Rafael.
Gracias y me alegro Verónica.
EliminarAbrazo.
Lo bordas! Te quedó precioso. Heptasílabos y rima en los pares. Me encanta leerte en romance.
ResponderEliminar👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼