Robé en tus labios
el néctar deseado
de la paciencia.
Y me encontré
llevando tu sonrisa
entre los míos.
Robé la gracia
sutil y delicada
de tu inocencia.
Y despertó
la mía, enmarañada,
a nueva vida.
Robé el latido,
sutil y generoso
de tus suspiros.
Y renacieron
recuerdos de la infancia
que te llamaban.
Robé la luz
y vida de tus ojos
para mi noche.
Y pude ver
las huellas, en la playa,
que perseguía.
Robé el amor
tan dulce de tu pecho
y éste sangró.
Y así acabó,
el robo de unos sueños
maravillosos.
Pido perdón,
decía cabizbajo,
en confesión.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/23
Cuando el Amor se toma mal, sangra. Una perdida triste en estos versos. Feliz martes. Un abrazo Rafael
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Perdón tengo que pedir yo por estar tanto tiempo desaparecida. Besos.
ResponderEliminarGracias Laura, pero siempre has estado cerca.
EliminarBesos.
Yo, como Laura, también pido perdón por teneros tan abandonados. Circunstancias de la vida. Abrazos mil
ResponderEliminarAbrazos Julia y siempre bienvenida.
EliminarQue bonito poema, me gustó eso de robar la sonrisa con un beso. Muy lindo Rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Cuando el amor se posa en eso labios, solo puede hacerse nido de todo cuanto ellos pronuncian…
ResponderEliminarBello e inspirador, querido amigo.
Un abrazo grande 💙
Gracias Ginebra.
EliminarUn abrazo.
El amor, como tantas cosas cuando es robado se sufre , pero tiene su parcela de misterio, siempre y cuando el robo sea consentido. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Precioso ❤️
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