De aquel castillo,
con muros elevados,
guardo recuerdos.
Unos reales,
vividos a su sombra
en muchas tardes.
Otros ficticios,
de cuentos y leyendas
de los mayores.
Pero su encanto
pervive en la retina
cuando le veo.
Alto y señero,
con piedra envejecida,
lleva por traje.
Alguna hiedra,
con musgos adheridos,
dictan su edad.
Y por su lado
se ven las carreteras,
antes senderos.
Cierro los ojos
y cambio personajes
y hasta figuras.
Así los coches
se ven como carruajes
y diligencias.
Hombres andando
se truecan por jinetes
en sus caballos.
La fantasía
que nace en el poeta
hace el milagro.
Y este castillo,
roquero y olvidado
cobra sentido.
¡Bendita magia
del verso y del poema,
que ésto consigue...!
Y mientras tanto
prosigue la mañana
y un nuevo día.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/23
Los castillo guardan muchas historias, son mágicos, así como lo son estos versos. Feliz viernes Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarCierto Carmen, grancias.
EliminarUn abrazo.
Que bonitos recuerdos, de castillo y sus vistas. Con las emociones, por supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito poema Rafael, tiene imágenes que activan la imaginación.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa, me alegro de lo que dices.
EliminarUn abrazo.
La imaginación del poeta ha dado resultado has sido capaz que visualicemos el castillo, y hasta los niveles caballeros.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz noche
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Precioso 👏🏼
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