Te dije adiós
y tú no contestaste
querido agosto.
Se fue el verano
dejándome recuerdos
inolvidables.
Viene el otoño,
le siento y le presiento,
cerca, muy cerca.
Y en estas fechas
tan lindas de septiembre
veo tu nombre.
Porque tú fuiste
la magia que a mi vida,
diste sentido.
Y me engendraste
en un sueño profundo
de nueve meses.
Ahora sonríe
el niño que ya es hombre
y que te extraña.
Porque el otoño
se acerca y tú no estás,
como el verano.
Pero no olvido,
los besos y caricias
que tú me diste.
Ese recuerdo,
unido a tu figura,
guardo en el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/09/24
Unos añoran el fin del verano y otras anhelamos la llegada del otoño...eso si el niño/a siempre en el corazón.
ResponderEliminarUn besote de mediodía
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
El verano y el otoño parecen ser nuestra vida. Verano igual a juventud y otoño igual a madures.
ResponderEliminarMuy buen poema.
mariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
El alma tiene mucha capacidad, le caben todos los recuerdos. Abrazo
ResponderEliminarGracias Ester.
EliminarUn abrazo.
La madre viene a la mente, ella sigue presente en nuestro corazón...La sincronía entre cielo y tierra es una realidad, Rafael. Ella es partícipe de tus versos y de tu inspiración, no lo dudes.
ResponderEliminarMi abrazo y mi gratitud, compañero de letras.
La vida está llena de despedidas.
ResponderEliminarHermoso poema.