Hay ranas en el río
que pasa bajo el puente,
sus cánticos sonoros
recuerdan a cipreses.
El día está calmado,
hay niebla en el ambiente,
quizás alguna lluvia
nos moje los claveles.
El llanto de los cielos,
sin duda, se agradece,
en días de verano
y tardes muy ardientes.
Muy cerca, el corazón,
suspira y se estremece,
siguiendo los renglones
torcidos de la mente.
Y surgen los poemas
en versos y sainetes,
con gotas de ternura
y muecas muy silentes.
Se toma del silencio
las sombras que contienen,
y luego se depuran
metáforas y preces.
Así cierras los ojos
y piensas en quien viene,
otoño por verano
cambiando los manteles.
Adiós amigo mía
recuerdo bien tus sienes,
tus nubes y tus labios,
ansiosos y calientes.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/24
Afortunadamente, ha llegado la nueva temporada...
ResponderEliminarSeptiembre hizo demasiado calor...
No visitas mis blogs, ni siquiera sé si aprecias lo que escribo...
Sin embargo, que tengas un muy placentero, amoroso y feliz Otoño...
Un abrazo, amigo Daniel.
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Bellísimas rimas. Es inagotable tu inspiración, maestro. 👏🏼❤
ResponderEliminarSomos naturaleza y vivimos todos los cambios y estaciones...Ahora sus lluvias y vientos de otoño nos llenan de nostalgia y magia, Rafael...Inspirador tu poema, compañero de letras.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable.
Claro que surgen poemas :)
ResponderEliminarEn todo vive la poesía, solo que el poeta ve más allá de lo aparente.
Un hermoso paisaje en este poema.
Abrazo, Rafael.