Cierra tus alas
y préstame tus plumas
para dormir.
En ese nido
te dejaré mis sueños
para cuidarlos.
Así la noche
será mas apacible
entre tus alas.
Se irá la bruma
que asalta mis sentidos
y me hará libre.
Luego, en el alba,
iré en tu compañía,
lejos, muy lejos.
Y volaremos,
sin prisas, si tú quieres,
por las campiñas.
Veremos lagos,
cabañas y pastores,
en las aldeas.
Y hasta el otoño,
veremos con sus galas
y colorido.
Porque hoy llega
y deja, entre nosotros,
miles de sueños.
Cierra tus alas,
querida mariposa,
soñemos juntos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/09/24
Un anhelo lleno de amor.
ResponderEliminarOjalá.
Abrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras y comentarios Verónica.
EliminarAbrazos.
Que esas mariposas siempre estén dando vida y color a tu amanecer. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Dan ganas de acurrucarse a dormir. ¡Dulces sueños!
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarUn abrazo.
Qué maravilla de versos despidiendo la primavera, gracias.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.