Pensaba en ti,
igual que en la canción,
pero no estabas.
Al menos, cerca,
sentía tu presencia,
en la distancia.
Y así te amaba,
sintiendo el agridulce,
saberte lejos.
Pero el amor,
tenía estas cadenas,
ineludibles.
¡Cuánto quería
hablarte y escucharte
durante un día!
¡Cuánto añoraba
los días y los sueños
que compartimos!
¡Cuánto pesaban,
los ratos y recuerdos
que revivían!
Pero tú estabas,
amor, siempre conmigo,
¡cerca muy cerca!
Y hasta me hablaban
tus labios, en silencio,
y tus pupilas.
Yo te abrazaba,
te amaba y te quería,
desde muy lejos.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/24
El amor salvando todas las distancias.
ResponderEliminarHermoso ❤
Gracias por tus palabras y por todos los comentarios que has dejado. Eres muy amable.
EliminarUn abrazo Galilea.
Un gran amor jamás se olvida, precioso poema.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Bonitos momentos, que la memoria trae a nuestro encuentro y se hacen poesía. Abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
La poesía logra la sincronía entre dos almas, porque sus palabras mágicas llegan donde tienen que llegar, Rafael...Todo es posible con la poesía, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, amigo poeta.
La ausencia llena su vacío con poesías.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.