No quiero retenerte entre mis brazos
ni quiero que te aturdan más cadenas,
tú tienes el destino ante tus ojos
y quiero que lo abrazes y lo sientas.
Prefiero que la eterna poesía
te llame con su lira en tantas puertas,
y encuentres en las letras de los dioses
la paz y melodía tan eternas.
Espero que aproveches este vuelo
y vayas hasta el valle que deseas,
te bañes en las aguas cristalinas
y vagues por los valles y praderas.
Espero que la luna de los cielos
te deje por la noche su linterna,
y vayas por la playa presuroso
en busca de las ninfas y sirenas.
Quizás nunca consigas estos sueños
y marches más allá de las estrellas,
quizás con tus latidos infantiles
prefieras ser el niño y el poeta.
Es pronto para ver lo que sucede
ahora que has logrado la conciencia,
la dulce sensación de estar ya libre,
sin rejas ni grilletes en tu celda.
Más tarde, cuando lleguen los inviernos,
y el frío te congele las ideas,
sabrás si has elegido ciertamente
el vuelo y despedida de mi puerta.
Ahora no lo pienses un segundo,
y vete a tu destino y ¡vuela y vuela!...
No dejes de volar conciencia mía,
y llévame contigo, aunque me muera.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/12
Preciosos estos versos. El ritmo es fenomenal. Te aplaudo tu poema.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Salvador.
ResponderEliminarUn saludo en la tarde,
Rafael
No dejas de sorprendernos con tu bella poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo Marine y me alegra que así sea.
ResponderEliminarRafael