No sé como se escriben los poemas,
hay unos que comienzan sin palabras,
hay otros que no tienen ni sonidos,
más todos tienen algo y tienen alma.
Yo pienso que las letras cobran vida,
que vuelan por el aire con sus alas
igual que mariposas revoltosas
en busca de una flor y de una rama.
Yo pienso que los signos de los niños,
aquellos garabatos de la infancia,
ya llevan poesía entre sus rasgos
con mezcla de inocencia renovada.
Tremenda la locura del poeta
que siente que sus letras no son nada,
ni forman una parte del pasado
ni añoran el destino y el mañana.
A veces yo quisiera ser la luna
que baja por las noches a la playa,
y en otras yo quisiera ser la rosa
que luce en el jardín de madrugada.
A veces yo quisiera ser la nieve
que cubre con su manto las montañas,
y en otras la florida primavera
con todas sus pasiones desatadas.
Más sigo con las dudas del principio
e ignoro cómo escriben los que aman,
aquellos que se tienen por poetas
y escriben cualquier cosa en la pizarra.
No sé como se escriben los poemas,
confieso con la voz avergonzada,
yo sólo sé que escribo con mi sangre
mezclada con sonrisas y con lágrimas.
Sonrisas que provienen de la tierra,
del sol en las campiñas tan doradas,
y lágrimas vertidas por los hombres
buscando entre la gleba la esperanza.
...Un día, cuando pase mucho tiempo,
es fácil que comprenda lo que pasa,
entonces sabré bien cuántos poetas,
sabían de palabras enlazadas.
Sabían conjugar ritmo y estilo,
hablando de la rima y de la octava,
sabían de sonetos y romances
los hombres con las almas destrozadas.
"...No sé como se escriben los poemas,
hay unos que amanecen con el alba,
hay otros que se inspiran en el día,
más todos tienen algo que se guardan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/05/12
El por qué es lo de menos. El caso es escribirlos y, sobre todo, sentirlos.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario tan lleno de razón, TriniReina.
ResponderEliminarUn saludo en la mañana,
Rafael