Te he buscado en el parque sin aves
y también al salir de la iglesia,
más no pude obtener tu figura
ni siquiera rozar tu silueta.
Yo quería mirarte en silencio
y volar más allá de tus cejas,
penetrar en el alma sencilla
que en el pecho tu tienes y llevas.
Más faltaste a la cita del parque
y lloraron por ti las violetas,
y la iglesia, apagada y sombría
echó en falta la luz de tus velas.
No sabía por dónde buscarte
ni tampoco si estabas enferma,
y recé como rezan los niños,
suspirando por ti a las estrellas.
Pero tú no volviste del viaje,
si soñar es un viaje cualquiera,
porque fuiste volando en tus sueños
a otro mundo sin mar ni mareas.
Yo lo supe más tarde, de noche,
al buscar en el banco de piedra,
unas migas acaso dejadas
por tu mano tan fina y coqueta.
Y encontré la cuartilla doblada
que llevaba plasmada tu letra,
y en lugar de las migas queridas
presentí que tú estabas en ellas.
Y mis ojos rompieron en llanto
al leer con dolor que te alejas,
que te vas para tierras lejanas
a fundir tu destino en la niebla.
¡Ay de mi, corazón no te pares,
ni tampoco el latido detengas,
yo sé bien lo que duele la herida
y no sé lo que aguanten mis fuerzas!
¡Ay de ti, corazón que te marchas,
yo quisiera abrazarte de veras,
y decirte quizá suspirando,
que te vas y en mi pecho te quedas!
"...Te he buscado en el parque sin aves
y busqué sin fortuna en tu puerta,
más no obtuve respuesta ninguna
y no pude sentir tu presencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/12
Triste y tierno...
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo Marine y feliz día.
ResponderEliminarRafael
que triste es buscar y buscar y no encontrar
ResponderEliminarun abrazo
Sin palabras Arena...
ResponderEliminarUn abrazo,
Rafael