Tú viniste una noche hasta mi lado
y me entregaste un vaso de cerveza,
yo te miré un tanto sorprendido
balbuceando un "gracias" por respuesta.
Aquello fue el principio de un romance
en nueva juventud y primavera,
debía de olvidarme del pasado
para vivir contigo, en esa entrega.
Debía comprender que mis latidos
rompían nuevamente los esquemas,
llevándome a tu lado, sin palabras,
como el amante fiel que a ti te espera.
Quedamos en ser claros y sinceros,
en prescindir de frases y poemas
que a nada llevarían, sino al miedo
y hasta sembrar de dudas la cabeza.
Queríamos amar y ser amados,
dijimos con voz clara y muy sincera,
pero también queríamos respeto
y libertad en nuestras vidas plena.
Aceptamos sin más las condiciones
y embarcados, partimos por la senda,
buscando en esos días nuestros labios
el néctar del amor y la paciencia.
Pasaron unos días solamente
y sacudio mi alma la tristeza,
sentía que te amaba y no me amabas,
y que tú no cumplías las promesas.
Te pregunté, mirándote a los ojos,
si tenías, acaso, una protesta,
pero tú no miraste mis pupilas
y sí, miraste arriba, a las estrellas.
Entonces se rompieron los cristales
del vaso que bebía con paciencia,
hiriéndome en los labios sus esquirlas
y regando mi sangre por la tierra.
Sobraban las palabras de reproche,
sobraban las preguntas y respuestas,
tan sólo me quedé con tu mirada
y en ellas comprendí toda tu ausencia.
"...Tú viniste una noche hasta mi lado
y te fuiste otra noche de mi vera,
llegaste con un vaso delicioso
que apenas si probé con tanta niebla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/12
Tiene un dramatismo tremendo. Impactan algunos de tus versos, especialmente el del vaso...
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
(te mandé mail).
Sí, ha sido un poema un tanto extraño, porque me ha costado llevarle por donde yo quería.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche Maritza,
Rafael
Un idilio volátil, que se marchó dejando un sabor agridulce en los labios.
ResponderEliminarHay amores que no se entienden, pero igual se sienten.
Abrazos alados, Rafael.
Coincido en lo que dices Diana sobre los "amores que no se entienden, pero igual se sienten..."
ResponderEliminarUn abrazo en la noche,
Rafael