Volver allí, de nuevo en una tarde,
a rescatar las llamas que se apagan,
temblar como los cirios en la iglesia
para sentir amor en la mirada.
Pero volver desnudo y polvoriento
con el hambre y secura en la garganta,
la mirada perdida y sin destino
la derrota encorvando las espaldas...
...Volver así es muy triste y melancólico,
se ahogan en el pecho las palabras,
existe sensación de un gran vacío
y piensas que has vivido para nada.
No existe la belleza y poesía,
de pronto sólo sientes a las lágrimas
que bajan de los ojos, a tu pecho,
cual restos de una lluvia ilusionada
Se masca la tragedia en el ambiente,
cuestionas esta vuelta hacia tu casa,
las sombras de la noche ya se acercan
y rozan con su manto la ventana.
No quiero proseguir este relato,
con versos y poemas en un drama,
prefiero la galerna y el olvido
y el mar embravecido de la playa.
Prefiero las tinieblas de la noche
y el sueño de aquel niño en la distancia,
entonces era hermosa su pureza
y el alma también era inmaculada.
Prefiero los recuerdos de aquel tiempo,
las risas inocentes y tan claras,
buscaban en las nubes otros mundos
figuras de sus héroes y hadas.
Buscaban con el alma estremecida
el beso y la caricia, sin palabras,
sabían que muy cerca de su lado
estaba la ternura deseada.
La dulce comunión del niño y sueño,
el lecho de las rosas y la calma,
el cúmulo de amor y poesía
llegando cada día en la mañana...
"...Volver a revivir el sueño eterno
es un deseo ansiado de nostalgia;
más remover cenizas y abertales
es encontrar rescoldos de las brasas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario