Llegué hasta ti cubierto de amargura,
con tristeza muy mal disimulada,
tú lo advertiste pronto y contestaste,
con silencio, cariño y sin palabras.
Llegaba muy cansado de la vida
y tenía vidriosa la mirada,
sediento y malherido como amante,
perdida la inocencia y confianza.
Tenía por las noches pesadillas
y un frío muy profundo en las entrañas,
sentía que caía en lo profundo
de un pozo que llevaba hasta la nada.
Quería despertar de aquel absurdo,
remar ansiosamente con mi barca,
huir a los confines de la tierra
buscando nueva vida y esperanza.
Y entonces me tomaste con tu mano
para darme el calor que precisaba,
la sangre que faltaba por mis venas
vacías por heridas en batallas.
Viniste con tu fuerza arrolladora
y me diste la fe que tanto ansiaba,
la estima y confianza que los niños
ansían en su pecho y en su alma.
Y pude continuar con mi camino
dejando tras mis pasos muchas lágrimas,
rescoldos de ese tiempo del pasado
con brumas y tremendas telarañas.
Te debo la razón de seguir vivo
y vivo para ti, en la distancia,
lo hago en el silencio de mis versos
que siempre te transmiten mi palabra.
No olvido la ciudad donde el destino
me hizo renacer y cobrar alas,
ni olvido tu mirada encantadora
tus manos y tus dedos en mi espalda.
Tú fuiste la garante de mi vida,
el ángel defensor de mis fantasmas,
el eco y el suspiro de mi pecho
calmando pesadillas y patrañas.
Te amo corazón y tú lo sabes,
estás en el silencio que me llama,
también en los recuerdos compartidos
y en todos los confines de mi alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/12
Que hermoso poema, cuando peor estás siempre tienes a alguien en quien cobijarte, que está a tu lado.
ResponderEliminarAbrazos...
Seguro que todos tenemos cerca ese abrigo y ese abrazo protector, ¿no crees?.
ResponderEliminarUn abrazo Pepa.
Tarde o temprano, siempre llega ese ángel a nuestras vidas que lo cambia todo, que nos hace más dulce el camino, dejando atrás lo amargo del pasado...
ResponderEliminarBellas letras, Rafael!
Besitos y abrazos alados, en la noche.
Quizás de ahí la espera, de tantos de nosotros Diana.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
reconocimiento enamorado para quien le ha dado sentido a su vida nos deja este hablante, camino recorrido, amor maduro y fuerte, se desprende
ResponderEliminarfelicitaciones Rafael
un abrazo
Un ser humano (igual a uno) que sin embargo nos salva de los naufragios del pasado, ha de ser inolvidable! ya lo creo.
ResponderEliminarPara mi ese es casi un amor divino.
Muy hermoso.
Abrazos miles, Rafael.
Cierto Elisa, así es.
ResponderEliminarGracias por tu visita y un abrazo en la noche.
¡Cuántas veces elevamos a esa categoría un sentimiento Maritza!... Pero así somos, simplemente así.
ResponderEliminarAbrazos para ti.
Precioso, Rafael. ¡Es tan tierno y agradecido, habla con tanta devoción y saber!
ResponderEliminar¡Qué fortuna tener quien nos dé la vida y sentir amor por ello, a pesar de las distancias!
Abrazos nocturnos.
Abrazos para ti Mafalda y que tengas una linda noche.
ResponderEliminarEs de bien nacidos ser agradecidos y tú lo eres,Rafael.Vuelves la vista atrás para dar las gracias por lo recibido,por el amor,que nos ayuda a madurar y a ser más conscientes.
ResponderEliminarMi gratitud por compartir versos,que son vida.
Mi abrazo y feliz día,amigo.
M.Jesús
Supongo que todos tenemos momentos y personas a las que les debemos mucho y quizás por eso surgieron esos versos M.Jesús.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día también para ti.