Recuerdo que, de niño,
contaba las estrellas
con ojos vacilantes,
de buenas a primeras,
al rato me cansaba
dejando en paz la lengua
que andaba susurrando
las cifras tan inquietas,
recuerdo que buscaba
el paso del cometa,
de rayas blanquecinas,
rasgando las tinieblas;
por medio de las sombras
quería ver de cerca
la bóveda celeste
en forma de un poema...
Recuerdo que, hace tiempo,
soñaba con princesas,
sacadas de los libros
en versos y novelas,
por ellas peleaba,
ganaba mil contiendas,
y luego las llevaba
a ver la primavera,
recuerdo tantos ratos
jugando con sirenas,
oyendo sus cantares
de mares y traineras;
no sé si fueron sueños,
o ratos de tormenta,
mezclados sin un orden,
tan solo en mi cabeza...
"...Recuerdos, simplemente,
que surgen y que vuelan,
igual que los suspiros
del alma del poeta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/19
Los príncipes pueden no salir ranas, y en verdad, luchar por conseguir la compañía de la mejor de las damas, aquella que, sin dragones, sea la compañera de los sueños infantiles.
ResponderEliminarUn abrazo, y por esa mirada infantil que nos regalas en muchos poemas, cargada de plácida inocencia y de anhelos en la punta de la lengua.
Agradezco infinito tus palabras Albada Dos.
EliminarUn abrazo y Feliz Año.
Hermoso poema de recuerdos y fantasía, Rafael.
ResponderEliminarBesicos.
Gracias Galilea.
EliminarBesicos.
Al recordar retornamos a un tiempo sacando nuestro niñ@ interior. Me ha encantado esta invitación al recuerdo, amigo RAfael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Es bonito, Auroratris, y no debemos negarnos.
EliminarUn abrazo en la tarde noche.
Bonitos recuerdos de la infancia ellos jamás de olvidan y como nos gusta echar esa mirada al pasado y vivirla de vez en cuando ..
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche .
Es como dices, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.