Tengo las flores
que un día me pediste
y te corté.
Están marchitas.
El tiempo no perdona.
Quizás lloraron.
Aunque sus gotas,
de lágrimas furtivas,
ya se han secado.
Habrá otras rosas,
seguro, no lo dudes,
en el jardín.
Las tomaré
y espero que tus dedos
hoy las recojan.
Te embriagarás
oliendo su perfume,
y soñarás.
Retiraré,
cual sombras marchitadas,
las rosas viejas.
Pondré las nuevas,
renovaré la tierra,
las regaré.
Y a tus pupilas
le llegará la brisa
del nuevo día.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/01/20
Siempre quedan rosas, nuevas rosas que ofrecer.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde
Cierto Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Cuando las rosas lloran , tal vez tengamos que dejarlas reposar ..y preguntarnos si es porque no las recogieron o por cortarlas de su hogar..
ResponderEliminarFeliz viernes .
Sí, Campirela, tienes razón.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Rafael dejame felicitar tu poema, escribes
ResponderEliminarmuy bello y profundo.
Besitos dulces
Siby
Gracias Siby.
EliminarUn abrazo.