Me dijiste adiós
y marchaste lejos,
te perdí la pista
y también tus besos,
pero esa distancia
me enseñó que lejos,
en alguna parte,
estaban tus versos,
y corrí de prisa
a tratar de verlos,
a sentir tus manos
y también tus dedos,
y eran versos fríos,
con sutura y hielo,
que allí renacían
sin ningún misterio...
Me quedé muy solo
en la aldea, quieto,
con el sol arriba
y algún banco viejo,
de ese parque amigo,
del jardín coqueto,
en el que las rosas
salían a vernos,
y lloré, temblando,
al sutil recuerdo,
que volvía a verme
y azuzar mi pecho,
fueron tardes frías
del otoño, invierno,
cuando ya la nieve
bajaba del cielo...
"...Me dijiste adiós
y te fuiste al tiempo,
de escribir poemas
en un mundo ciego..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/19
Hola Rafael: Hermoso poema, aunque triste releja el amor por un ser que no esta fisicamente, pero que guardas un bello recuerdo, tus letras me llevan al corazón por la profundidad de tus sentimientos y palabras. Un abrazo!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Mercedes.
EliminarUn abrazo.
Precioso poema. Hay quien se va lejos, con otros versos y otros oídos para escucharlos, pero si era alguien que me parte nos marcó, vuelve en invierno, o en otoño, vestido de recuerdo en el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
En invierno y otoño siempre vuelven esos recuerdos inolvidables, buen poema.
ResponderEliminarFeliz finde Rafael.
Cierto Carmen, es como dices.
EliminarUn abrazo y feliz finde.