En tus pupilas,
la luna se refleja
y hasta se duerme.
Quiero ser roble,
y luego, con mis ramas,
acariciarte.
Subir al cielo,
tocarte con mis dedos
de hojas perennes.
Luego, el rocío,
que baje de tus ojos,
vendrá a mis labios.
Podré embriagarme,
beber el dulce néctar
que ellos destilan.
Y soñaremos,
uniendo en unos versos,
ese momento.
Serán las aguas,
del lago, y en la noche,
fieles testigos.
Porque el abrazo,
cargado de ternura,
será infinito.
Y cerraremos
los ojos, con la brisa,
de las estrellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/19
ole qué belleza de mirada, que junto a los troncos vuela hacia las lunas más tiernas
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por ver esa mirada en mis versos, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Me gusto la expresión el rocío de tus ojos ..es una manera muy bella y poética de decirlo .
ResponderEliminarLindos versos todos ellos.
Un abrazo y muy feliz noche.
Me alegro de que te fijaras en esa expresión, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Que lindos ojos llenos de rocío...
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
Tu poema me hace pensar en la persona que pudiera ser receptora del mismo. No podría tener mejor regalo.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias Manuela. Se trata de una poesía simplemente, una utopía en la cabeza de un "loco".
EliminarUn saludo.
Pero que bonitos versos, qué dulces, y ese abrazo de ternura infinita. Me ha encantado.
ResponderEliminarFeliz noche.
Un abrazo.
Gracias María.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
"Porque el abrazo,
ResponderEliminarcargado de ternura,
será infinito."
Enamoras, Rafael
Gracias por tus palabras Adel.
EliminarUn abrazo.