Danzan las sombras,
sin arte ni concierto,
como en un baile.
Es algo raro,
que inquieta las pupilas,
en un segundo.
Suenan las doce.
Repican las campanas
del campanario.
Y se retiran,
se marchan las estrellas,
están cansadas.
Por las entrañas,
del alma de los cielos,
alguien cabalga.
Son los latidos
y el eco que perdura
de los comienzos.
¡Cuántas preguntas
se quedan congeladas
en la garganta!
¡Cuántas respuestas
contiene este universo
en su interior!
Y tú, mortal,
pequeño espectador,
¡sigue esperando!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/19
Todo comienzo está saturado de latidos.
ResponderEliminarOjalá escuchemos dentro, Rafael.
Un abrazo enorme.
Somos tan diminutos ante el universo, que contemplarle nos recuerde esa pequeñez, a nosotros, que nos creemos sabios. Bueno, una hormiga igual nos ve de manera similar :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Un abrazo Rafael, en este domingo víspera de Reyes.
ResponderEliminarUn abrazo Laura.
EliminarQue los Reyes te traigan todo lo que deseas.