Te miraría
volar sobre los mares
de alguna playa.
De esta manera
dormiría, contigo,
sobre las olas.
Y bailaríamos
un vals inacabable
con las resacas.
Te buscaría
por sendas y caminos
que nadie emplea.
En las montañas,
en cauces de los ríos,
y en las majadas.
Luego, en las noches,
veríamos estrellas
pasar fugaces.
Te escucharía
leerme tus poemas
en el otoño.
Y de tus labios
un néctar bebería
ansiosamente.
Licor de miel
en versos y con besos
de enamorado.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/08/20
Revivo recuerdos mientras te leo, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá sean bonitos, Verónica.
EliminarUn abrazo.
Con la imaginación uno vuela en sus recuerdos y se evade de la realidad...Siempre el mar.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Buscador.
EliminarUn saludo.
El amor tiene esa cualidad para dejar en cada poema su esencia pese al paso del tiempo.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde, amigo Rafael.
Así es, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la noche.
El amor, bendito amor... que nos hace soñar y soñar... cual inyección de vida.
ResponderEliminarPreciosos versos amigo.
Un abrazo real!
Paty
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo.
Bella poesía, más romántica; imposible.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
La mirarais siempre, en cualquier lugar, a cualquier hora, en cualquier sueño.
ResponderEliminarQue dulces versos. Un abrazo, Rafael
Cierto, Albada Dos, es como dices.
EliminarUn abrazo y gracias.