Eran rescoldos
y brasas de una hoguera
que dormitaban.
Un gran silencio
guardaba los encantos
celosamente.
Y las cenizas
del tiempo se perdían
entre los dedos.
Pasa la vida
despacio, y los minutos,
en el reloj.
Esos segundos
se forman y confunden
a los sentidos.
Y tú los mimas,
los miras y los sientes
sin comprenderlos.
Eres autor,
quizás, sin darte cuenta,
y espectador.
Un gran poema
se forma con tu vida
en cada instante.
Versos, que el viento
te roba de tus labios
y de tus dedos.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/08/20
Dice el refrán que donde hubo fuego quedan rescoldos y es así ...pero no son duraderos. Las cosas cuando se termina queda el recuerdo y es cierto que parece que vuelve otra vez la chispa pero...un jarrón cuando se rompe por mucho que le pegues , no se queda igual. Un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarEs cierto lo que dices, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Rescoldos que hablan de algo que fue, y recuerdos que regresan.
ResponderEliminarQue bello poema Rafael, un abrazo.
Gracias María Rosa por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Cuando hay rescoldos, es cosa de no dejar que se apaguen para siempre. Bellos versos
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Fabulous blog
ResponderEliminarGracias Rajani.
EliminarPlease read my post
ResponderEliminarDe esos rescoldos tantas letras, Rafael...
ResponderEliminarAbrazo.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazo.
Esos posos de vida, que ardieron con fuerza se quedan posados en el alma y nunca se olvidan, a pesar de que el tiempo se empeñe en difuminarlos con su ritmo...Tus versos son la muestra de ello, Rafael. Bello y mágico poema.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo esperanzado y soñador.
Gracias por tu comentario María Jesús.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.