Pasan las nubes
y muestran sus vestidos
grises de otoño.
Atrás dejaron
los blancos del verano
un tanto sucios.
Y es que se ensucian,
se manchan con el polvo
de los caminos.
Han sido meses
semanas y jornadas
de gran calor.
Una sequía
profunda y continuada
tiene la culpa.
Pero en la ropa,
que hablamos, de las nubes
quedan mil cosas.
Están recuerdos
de risas y de llantos
de juventud.
Están las horas
de playas y montañas
inolvidables.
Están los ojos
que un día descubrimos
con inocencia.
Están los labios,
ardientes, temblorosos,
que te besaron.
Y están los sueños
que juntos compartisteis
en esos días.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/08/23
Un bello poema perfectamente relatado, donde con esos versos se nos recuerda que detrás del verano llega el otoño fresco, con su temperatura fresca en contraste con este caluroso verano. Y es que el otoño también es una estación sumamente aprovechable, donde muchas personas viven su día a día de una forma extraordinariamente intensa.
ResponderEliminarCierto, J.S. Vila, coincido con tus palabras que agradezco.
EliminarUn saludo y gracias por tu visita y comentario.