El niño sueña,
de noche, con la luna
y las estrellas.
Van entre nubes
los sueños infantiles
con su inocencia.
Pero a su lado
los labios de la madre
cantan la nana.
Es un susurro,
la voz que le musita
mientras le arrulla.
¡Cuanta ternura
desgranan esos ojos
tan maternales!
¡Cuánta dulzura
escapa de los labios
para el infante!
Y mientras tanto
los ángeles sonríen
y las estrellas.
La luna, cauta,
pasea por la noche
con su blancura.
Porque es el niño
el centro del poema
en este instante.
Él es el verso,
la imagen que descansa
con su ternura.
Y tras la noche
saldrá de nuevo, al alma,
de algún poeta.
El niño sueña
con mundos y utopías
y ser poeta.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/08/23
El niño es el poema y quien sueña con ser poeta... Muy bonito amigo, llenito de amor.
ResponderEliminarUn abrazo, que tengas un estupendo día.
Paty
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo.
El niño es el centro del poema y el poeta el centro de la belleza.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Un precioso texto que más de un infante querría que le leyeran.
ResponderEliminarUn placer leerte Rafael.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día.
El niño poema que después se convertirá en poeta.
ResponderEliminarMe encantó!
Saludos
Gracias Sara.
EliminarSaludos.
Se mece en versos y sueña las poesías que vivirá y escribirá.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Entre versos siempre veo tu alma, muy lindo un abrazote
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