Me enamoré
del brillo de tus ojos
bajo la luna.
Aquella noche
lucieron las estrellas
como guirnaldas.
¡Qué bello el cielo
con música celeste,
para nosotros!
En la campiña,
las sombras y el silencio,
nos rodeaban.
Unas cigarras
sin duda, amenizaban,
aquel abrazo.
Éramos jóvenes,
ansiábamos los sueños
y los abrazos.
Fue muy hermosa
la noche que comento
y que recuerdo.
Hoy, esa noche,
revivo con nostalgia
y una sonrisa.
Tiempo de amor,
de sueños y suspiros
que atrás quedó.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/23
Reminiscencia sorpresiva que dicta estos versos dulces.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Sara.
EliminarSaludos.
Esa mirada de juventud, con amor, bajo el cielo, qué bonitos versos.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Tiempos para volver la mirada y atraparlos en preciosos versos...
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