Pensé que volverías
después de aquel verano,
vivido intensamente
y puede que soñando.
Nacieron mariposas
y unimos nuestras manos,
igual que nuestros ojos,
vivaces, se buscaron.
Y fuimos a la playa,
a fiestas en los campos,
en pueblos y en aldeas
y en ellas disfrutamos.
Volamos en un tiempo
de sueños y regalos,
con bellas utopías
rozando nuestros labios.
Pues ellos, una tarde,
temblando se buscaron
y unieron sentimientos
en acto tan sagrado.
Bebimos en la fuente
el cáliz deseado
saciando las pasiones
y el fuego de los años.
Dejamos a la brisa
llegar a nuestro lado,
con roces sinuosos
que allí nos despertaron.
"...Y fuimos como niños
viviendo aquel verano,
regalo de los dioses
y un verso de sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/07/24
El final es muy hermoso. Sigamos como niños disfrutando del presente.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo y felices vacaciones.
Hola Rafael, me encanta como revivis esos gratos momentos vividos, le pones un ritmo y color que parecen recientes. Un abrazo!!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras Merce.
EliminarUn abrazo.
Cuando las mariposas revolotean, todo se transforma, incluso aquello que antes no contaba con nuestra atención. Los veranos hacen lo suyo en todos aquellos que ansían el amor, ese amor que no desaparece con la llegada del otoño. Queda la nostalgia y hermosos versos cargados de esperanzas. Te mando un gran abrazo amigo.
ResponderEliminarP A T Y
Gracias por tus palabras, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.