Cuando olvide tu nombre
llegará mi tristeza,
a pesar de ser libre
y de estar en mi tierra.
Es difícil decirte
las palabras que sienta,
las palabras precisas
y que sean sinceras.
Atrás queda tu nombre
y con él unas letras,
unos signos tan solo
como luces y estrellas.
Sin embargo ese nombre
que he gritado de veras,
el que tanto he soñado
ha buscado otra hacienda.
Ha buscado otro norte,
otro puerto y mareas,
ha encontrado en la vida
otra sangre que llena.
Otra sangre que excita
y también la que altera,
la que dice su nombre
y que va por tus venas.
Cuando olvide tu nombre
sentiré mucha pena,
más tendré que ser fuerte,
sin llorar aunque duela.
Aunque sangre mi alma
y mi cuerpo no duerma,
marcharé a mi destino
mientras tú ya te alejas.
Sé que lloran mis ojos
unas lágrimas frescas,
unas gotas sencillas
que a mis labios los besan.
Pero marcho muy lejos
a buscar otras sendas,
y a olvidar a tu nombre
aunque sufra y me muera.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/10
llegará mi tristeza,
a pesar de ser libre
y de estar en mi tierra.
Es difícil decirte
las palabras que sienta,
las palabras precisas
y que sean sinceras.
Atrás queda tu nombre
y con él unas letras,
unos signos tan solo
como luces y estrellas.
Sin embargo ese nombre
que he gritado de veras,
el que tanto he soñado
ha buscado otra hacienda.
Ha buscado otro norte,
otro puerto y mareas,
ha encontrado en la vida
otra sangre que llena.
Otra sangre que excita
y también la que altera,
la que dice su nombre
y que va por tus venas.
Cuando olvide tu nombre
sentiré mucha pena,
más tendré que ser fuerte,
sin llorar aunque duela.
Aunque sangre mi alma
y mi cuerpo no duerma,
marcharé a mi destino
mientras tú ya te alejas.
Sé que lloran mis ojos
unas lágrimas frescas,
unas gotas sencillas
que a mis labios los besan.
Pero marcho muy lejos
a buscar otras sendas,
y a olvidar a tu nombre
aunque sufra y me muera.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/10
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