martes, 20 de julio de 2010

SE QUEDARON CONTIGO LOS SUSPIROS

Se quedaron contigo los suspiros
y también las promesas y los besos,
en un cofre de nácar bien guardados
en un lecho de brumas y recuerdos.

Aún recuerdo su imagen y memoria
y también una rosa como centro,
una rosa robada en Salamanca
con el rojo granate y su misterio.

Los poemas quedaron olvidados
y con ellos las dudas y los miedos,
las palabras y frases escuchadas,
los susurros llegados con el viento.

Nunca supe hasta hoy lo que tenía,
en que siento un vacío tan inmenso,
ya no tengo ese rayo de esperanza
ni tampoco al humilde compañero.

Porque fuiste la alarma de mi vida
que vagaba sin mas por el desierto,
y vibré con tus guiños y emociones
y volé con tus alas por el cielo.

Se quedaron contigo los latidos
y también mis palabras respondiendo,
y con ellas un ciento de ilusiones,
bajo un manto de niebla entre los sueños.

Fueron días y noches que pasaron
con llamadas llegadas como un eco,
sin saber que el origen de las mismas
era aquel que veía nuestro espejo.

Porque el alma que estaba enamorada
no sabía el origen de los versos,
ni sabía que amaba locamente
ni tampoco que amaba con exceso.

Ahora queda una raya en el espacio,
una estrella fugaz hacia lo eterno,
una nota arrancada de una lira
y aquel beso robado, tan sincero.

Ya no importa que el mundo se detenga
ni que hablen los vivos de los muertos,
un fragmento de vida se ha marchado
y he quedado sumido en el silencio.

"...Se quedaron contigo tantas cosas
y también se llevaron lo que tengo,
porque el alma que estaba enamorada
aún susurra, en silencio, que te quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/10

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