I
Florece el rosa, y la ilusión del día,
en este tiempo tan sutil y breve,
una manita con color de nieve
comienza hoy su dulce algarabía.
Comienza sí, un tiempo de alegría,
un tiempo nuevo que vivir se debe
con este cuerpo soñoliento y leve
nacido entre el candor de una folía.
Por eso, superado este momento,
la vida continúa su camino.
Habrá días y noches, entre el cuento
y el sueño tan fugaz y clandestino.
Tendrá la risa dulce y el lamento
mezcladas en el rostro tan divino.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
Florece el rosa, y la ilusión del día,
en este tiempo tan sutil y breve,
una manita con color de nieve
comienza hoy su dulce algarabía.
Comienza sí, un tiempo de alegría,
un tiempo nuevo que vivir se debe
con este cuerpo soñoliento y leve
nacido entre el candor de una folía.
Por eso, superado este momento,
la vida continúa su camino.
Habrá días y noches, entre el cuento
y el sueño tan fugaz y clandestino.
Tendrá la risa dulce y el lamento
mezcladas en el rostro tan divino.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
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