Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso de esos labios temblorosos,
hay veces que te busco en las estrellas
y en otras por caminos muy remotos.
Sonrisa de ferviente criatura
que tienes la frescura del arroyo,
no dejes que tu risa se marchite
ni oculta en los oscuros calabozos.
Yo siento tu sonrisa seductora
que llega como ola y maremoto,
y escala por mi cuerpo su costado
calmando la mirada de mis ojos.
Un día me ofreciste tu sonrisa,
el brillo de tus labios temblorosos,
la dulce interrogante de tu boca
dejándome un suspiro en el otoño.
Y entonces pregunté porqué reías
y tú me contestaste, por curioso,
diciendo que tu risa estaba ausente,
en medio de los vivos y los locos.
Quedé desconcertado, lo confieso,
más hoy ya te comprendo aquel enojo,
reías como niña malherida
buscando la alegría poco a poco.
Es lindo contemplar como sonríes,
tu risa vale más que mil tesoros,
no importa su equipaje y contenido
la esencia de la misma es lo valioso.
La esencia que me ofreces de tus labios
es mezcla del salitre con el yodo,
y tienen el aroma de las algas
el néctar del deseo tan ansioso.
Sonrisa de ternura y terciopelo
que sales a la vida con arrojo,
no temas a los ojos que te buscan
y esperan que les dejes tu alborozo.
La vida es una eterna paradoja,
se busca la sonrisa y el decoro,
se buscan los suspiros en el aire
y el beso irreverente del beodo.
"...Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso la sonrisa cual cerrojo,
que selle para siempre mis latidos,
mi viejo corazón que ya está añoso..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/11
preciso de esos labios temblorosos,
hay veces que te busco en las estrellas
y en otras por caminos muy remotos.
Sonrisa de ferviente criatura
que tienes la frescura del arroyo,
no dejes que tu risa se marchite
ni oculta en los oscuros calabozos.
Yo siento tu sonrisa seductora
que llega como ola y maremoto,
y escala por mi cuerpo su costado
calmando la mirada de mis ojos.
Un día me ofreciste tu sonrisa,
el brillo de tus labios temblorosos,
la dulce interrogante de tu boca
dejándome un suspiro en el otoño.
Y entonces pregunté porqué reías
y tú me contestaste, por curioso,
diciendo que tu risa estaba ausente,
en medio de los vivos y los locos.
Quedé desconcertado, lo confieso,
más hoy ya te comprendo aquel enojo,
reías como niña malherida
buscando la alegría poco a poco.
Es lindo contemplar como sonríes,
tu risa vale más que mil tesoros,
no importa su equipaje y contenido
la esencia de la misma es lo valioso.
La esencia que me ofreces de tus labios
es mezcla del salitre con el yodo,
y tienen el aroma de las algas
el néctar del deseo tan ansioso.
Sonrisa de ternura y terciopelo
que sales a la vida con arrojo,
no temas a los ojos que te buscan
y esperan que les dejes tu alborozo.
La vida es una eterna paradoja,
se busca la sonrisa y el decoro,
se buscan los suspiros en el aire
y el beso irreverente del beodo.
"...Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso la sonrisa cual cerrojo,
que selle para siempre mis latidos,
mi viejo corazón que ya está añoso..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/11
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