III
Por eso a mi Castilla me remito
al campo amarillento y bondadoso,
yo veo su pasado tan glorioso
labrado con paciencia de erudito.
Me alegro del instante tan bonito
y el día en aquel tren algo roñoso;
entonces comprendí cuan asombroso
resulta la Castilla que he descrito.
La tierra de trigales encantados
de aldeas y de pueblos arrogantes.
Castilla con castillos y sembrados
la cuna de poetas y de amantes.
Sus hombres, con ardor de enamorados,
amaron las espigas cimbreantes.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
Por eso a mi Castilla me remito
al campo amarillento y bondadoso,
yo veo su pasado tan glorioso
labrado con paciencia de erudito.
Me alegro del instante tan bonito
y el día en aquel tren algo roñoso;
entonces comprendí cuan asombroso
resulta la Castilla que he descrito.
La tierra de trigales encantados
de aldeas y de pueblos arrogantes.
Castilla con castillos y sembrados
la cuna de poetas y de amantes.
Sus hombres, con ardor de enamorados,
amaron las espigas cimbreantes.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
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