Nunca pensé que los locos
cantaran a las estrellas,
si acaso que mirarían
a su brillo que nos dejan.
Los locos van murmurando,
dicen palabras inciertas,
son balbuceos sin nombre
al igual que los poetas.
Dicen que el loco y el cuerdo
han surgido de una entrega,
pero yo opino, que ambos,
han nacido de la tierra.
El loco, por estar loco,
ha perdido la chaveta,
aunque conserve mil luces
y un clavel en la cabeza.
El cuerdo busca la fama
y una mano que le atienda,
aunque su mano, temblando,
va buscando una cadera.
Nos queda sólo otro hombre,
el que escribe los poemas,
el que traza fantasías
en sus versos y sus letras.
Quizás sea loco y cuerdo
este hombre que así reza,
el que roba corazones
el que mide las mareas.
Quizás en esa locura
una mano se halle presta,
y revuelva sus cabellos
y acaricie su cabeza.
Más puede que en su cordura
esté el centro con la esencia,
y el camino de la vida
que nos conduzca hasta ella.
No importa lo que otros piensen,
si descansan o pasean,
tampoco lo que murmuren
otras lenguas muy inquietas.
Soy poeta simplemente
y recorro la ribera,
y paseo en las montañas
y describo lo que muestran.
"...Soy poeta y no estoy loco
aunque cante a las estrellas;
pues mi cordura es la sangre
que galopa por mis venas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/11
cantaran a las estrellas,
si acaso que mirarían
a su brillo que nos dejan.
Los locos van murmurando,
dicen palabras inciertas,
son balbuceos sin nombre
al igual que los poetas.
Dicen que el loco y el cuerdo
han surgido de una entrega,
pero yo opino, que ambos,
han nacido de la tierra.
El loco, por estar loco,
ha perdido la chaveta,
aunque conserve mil luces
y un clavel en la cabeza.
El cuerdo busca la fama
y una mano que le atienda,
aunque su mano, temblando,
va buscando una cadera.
Nos queda sólo otro hombre,
el que escribe los poemas,
el que traza fantasías
en sus versos y sus letras.
Quizás sea loco y cuerdo
este hombre que así reza,
el que roba corazones
el que mide las mareas.
Quizás en esa locura
una mano se halle presta,
y revuelva sus cabellos
y acaricie su cabeza.
Más puede que en su cordura
esté el centro con la esencia,
y el camino de la vida
que nos conduzca hasta ella.
No importa lo que otros piensen,
si descansan o pasean,
tampoco lo que murmuren
otras lenguas muy inquietas.
Soy poeta simplemente
y recorro la ribera,
y paseo en las montañas
y describo lo que muestran.
"...Soy poeta y no estoy loco
aunque cante a las estrellas;
pues mi cordura es la sangre
que galopa por mis venas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/11
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