Con las alas rotas
surcaba los mares,
una golondrina
perdida y sin padres,
porque desde el día
que salió a los parques,
descubrió otro mundo
manchado de sangre,
y esta vieja tierra,
con tantos zarzales,
mancilló las alas
del lindo plumaje,
y ese traje alegre
se tornó granate,
ya que los espinos
rajaron su carne...
Con las alas rotas
te vi aquella tarde,
estabas muy bella,
marchabas de viaje,
y con tu maleta,
perdida, en la calle,
buscabas los versos
y antiguas saudades.
Al ver mis heridas
algo susurraste,
y luego, tus labios,
me hablaron muy suave,
abriste mi alma
sin prisa y sin llaves,
estabas sedienta,
doliente y con hambre...
"...Con las alas rotas
mil sueños dejaste,
en los labios fríos
y heridos del aire..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/20
Cuando las alas se rompen... parece como si un pedacito de corazón también se parte...
ResponderEliminarMuy bello tu poema, con aire nostálgico esta vez.
Un abrazo.
Cierto María, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Esa golondrina es todo un símbolo en este poema.
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazos.
Mujeres que huyen, con las alas rotas, dejando virutas de sueños perdidos. Precios poema.
ResponderEliminarUn abrazo