Sopla la brisa
y el viento del nordeste
nos estremece.
Se ven gaviotas
de paso, por la playa,
como turistas.
El cielo, limpio,
se tiñe con añiles
muy celestiales.
Se ven dos ángeles
jugando entre las olas.
¡Pero son niños!
Brincan y saltan,
superan a la espuma
y a las resacas.
Desde la orilla
hay ojos, vigilantes
de los mayores.
Y mar adentro,
nos deja, el horizonte,
algún navío.
Barcos que pasan
con rumbo indefinido
hacia otros puertos.
Y tú descansas,
estás de vacaciones
y hasta suspiras.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/07/22
Es todo un cuadro lo que relatas en tu poema, una pintura que tus ojos de poeta graban y regalan en tus versos.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo en la tare.
Hermosa contemplación de la realidad, esa realidad generosa que tanta paz contiene, y que nos hace olvidar aquello que adolece de lo contrario.
ResponderEliminarAbrazo para ti amigo, que tengas lindo fin de semana. Paty
Gracias sinceras Paty.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Tus letras bien pudieran ser el retrato de un cuadro del gran Sorolla...
ResponderEliminarUn abrazo, felices sueños.
Gracias pero no le llego ni a la suela del zapato, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Qué bonito ese barco, qué lindo seria viajar enamorado como tu poema.
ResponderEliminarAbrazo
Pues cierra los ojos y seguro que lo consigues, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
La de versos que se inspiran o se gestan sólo con mirar al mar.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau, así es.
EliminarUn abrazo.
Has pintado un cuadro con tus versos.
ResponderEliminar♥️♥️
Gracias Galilea.
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