Llegó el calor
y callan las cigarras
hoy asustadas.
Se mira al cielo
en busca de las nubes
que no aparecen.
Se quiere el aire,
la brisa y el nordeste
de otros veranos.
Pero no hay viento
y el sol sigue su abrazo
con mucha fuerza.
Labios que gimen,
que rezan y susurran
una oración.
Piden al cielo
la brisa de otros días
por caridad.
Labios sedientos,
nerviosos y agrietados
de las personas.
Es algo raro
sufrir estos calores
en tantos días.
Pero la vida
se altera con los cambios
climatológicos.
Llegó el calor
y habrá que soportarlo,
¡no queda otra!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/07/22
Así como la imagen que has dejado estamos la inmensa mayoría, dios que pare este calor ...cambia hasta el humor . Un abrazo con brisa, aunque sea de interior.
ResponderEliminarPues gracias y un abrazo, Campirela.
EliminarFeliz noche.
Agobio es lo que siento ya con tantos días y noches seguidas de calor.
ResponderEliminarTus versos son hermosos, como siempre.
Ya somos más, Galilea, nos pasa a todos.
EliminarUn abrazo y gracias.
Con este calor hay un silencio en las calles que a mí me recuerda a esa etapa temprana del Covid.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau, es como dices.
EliminarUn abrazo.