Calma la sed
y bebe en la fontana
el agua fresca.
Luego prosigue
tu marcha a las montañas
como otras veces.
Mira el paisaje,
las vacas y los bosques
te están llamando.
Y por encima
los cimas y picachos
tan atractivos.
Desde esa altura
verás a la meseta
casi a tus pies.
Pero tú buscas
la alegre despedida
del astro rey.
Es el ocaso,
sublime, de las cumbres,
el que deseas.
Quieres sus besos,
los rayos tan dorados
para soñar.
Y llegarás,
cargando tu mochila
con tanta magia.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/12/22
Te leo e imagino lo maravilloso que debe ser escalar montañas y ver un anochecer... Muy bonito poema.
ResponderEliminarmariarosa
Lo es, María Rosa, te lo aseguro.
EliminarUn abrazo y gracias.
Haces que viaje al ocaso marino de nuestro Tenerife , es maravilloso, hermosas letras un fuerte abrazo
ResponderEliminarEs una zona muy bonita Bea.
EliminarUn abrazo.
Maestro Poeta:
ResponderEliminarA cada instante
los cambios de la vida,
son esa magia.
Saludos💙
Gracias Elisa.
EliminarUn abrazo.
La vista del atardecer en las montañas y en el mar, despues de un día duro de jornada es la recompensa a los ojos y al alma. Un bello poema Rafael.
ResponderEliminarGracias Juan.
EliminarUn abrazo.
Caminar ya sea en llano o en la ladera de una montaña es visualizar el paisaje y ver el horizonte si puede ser aún más bonito. Un abrazo , feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Por calmar la sed en los caminos.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael, feliz Navidad
Así es Maripau.
EliminarUn abrazo y Felices Fiestas.