Ya nada pido,
te fuiste y me dejaste,
solo y perdido.
Pero es la vida,
me digo mientras sangro
por esa herida.
Mira adelante
hay luces en el cielo,
y es un instante.
Tú continúa
no temas la galerna,
solo es garúa.
Que la sonrisa
aflore entre tus labios,
sin mucha prisa.
Y la mirada
que escarbe el infinito
ilusionada.
Quizás la quilla
encuentres del navío
con su barquilla.
Y si me apuras
un beso y un abrazo
y uvas maduras.
Pero no llores
ni seas prisionero
de tus amores.
Sin despedida
no pidas, lo imposible
no se mendiga.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/12/22
Los adioses pesando en el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo y felices fiestas, también para ti.
Más allá del momento oscuro, hay un horizonte. Pero hay que pasar el mal momento.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazo.
Versos que llegan desde el triste desengaño y siempre hermosos.
ResponderEliminarGracias Galilea.
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