Quizás te amé,
(y te amo, todavía),
aunque me ignores.
Pero no quiero
migajas de tus ojos
ni de tus labios.
Me marcharé,
no importa donde sea,
por no sufrir.
Y es que este amor
que tú tanto abonaste
sigue latente.
Debo partir,
librar las mil cadenas
que a ti me acercan.
Sé que es muy duro
romper con el presente
que sigue vivo.
Pero mis versos
vacilan y se mueren
en la garganta.
Y hasta la niebla
que envuelve mis pestañas,
me impide ver.
Ando sin norte,
no veo las estrellas,
donde tú estabas.
Y sé que estás,
ausente de mi vida
ya para siempre.
Nada me dices,
ni llegan tus palabras
a mi derrota.
Pero al silencio,
que sale de tus labios
yo le respeto.
"...Quizás te amé,
no importa lo que sienta.
Debo partir..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/23
Quizás soñaste con ese amor. Pero cómo se añora lo no vivido .¿no?
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau, es como dices.
EliminarUn abrazo.
el sentimiento unilateral es así , nada que hacer
ResponderEliminarla imaginación se encarga de rellenar el hueco que el reflejo no da
saludos
Cierto Elisa, coincido contigo.
EliminarUn saludo y gracias.
Muchas veces debemos tomar duras decisiones, pero todos merecemos amor del bueno.
ResponderEliminarExcelente amigo, un fuerte abrazo.
Paty
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Oh, esas letras chorrean amor por los cuatro costados. Un poema vivo, con fuerza y sobre todo como algo que es necesario escribir , contar y gritar. Muy bueno Rafael. Besotes.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
A veces no queda otra.
ResponderEliminarMuy bien llevado el poema.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.
Cuánta añoranza hay en estos versos.
ResponderEliminarMuy hermoso.