Arrebolado,
mirabas a lo lejos
desde la playa.
El horizonte
dejaba ver los barcos
que navegaban.
Y en uno de ellos,
pensabas que vendrían
algunos sueños.
Eras un niño.
Gozabas todavía
con tu inocencia.
Y es que la vida
latía diferente
para ti solo.
Eras el héroe
de cuentos y leyendas
que tú leías.
Por eso mismo
buscabas caracolas
tras las resacas.
Y hasta sirenas
veían en las olas
de vez en cuando.
¡Divina edad
con años que pasaron
y que no vuelven!
Pero el recuerdo
lo guardas y compartes
con quien tú quieres.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/23
Cuando somos niños vamos tras los cuentos, y ahora los compartimos bellamente como tú lo hacer. Feliz semana Rafael. Un abrazo poeta.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
La niñez y su inocencia, su pureza, su grandilocuencia con respecto a todo lo que nos rodea.
ResponderEliminarTe mando un abrazo a ti amigo y un beso a tu niño interior.
Paty
Si, Paty, es como dices.
EliminarUn abrazo-
Quien no fue héroe de niño, y princesa, esos cuentos que nos llenaban la cabeza de ilusiones y fantasías, ese mar en que eramos bucaneros y sirenas. Niñez , e inocencia esas no volverán, pero mientras que las recordemos serán vividas tantas veces como las pensemos. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto Campirela, nos queda ese bello recuerdo.
EliminarUn abrazo y feliz día.