Al despertar, de nuevo, en este otoño,
la juventud reclama su añoranza,
es esa sensación inenarrable
que surge en las entrañas y las almas.
Se mira hacia el invierno, tan cercano,
se evocan primaveras, con nostalgia,
se tiembla con el viento del oeste
y luego se prosigue la jornada.
La vida se compone de momentos,
de nieves en las cimas más lejanas,
galernas precediendo a los estíos,
instantes de tormenta y marejadas.
Afuera, a nuestro lado, las aceras
se cruzan y parecen telarañas,
los hombres las recorren lentamente
y en ellas van dejando sus pisadas.
Se alzan las persianas de las tiendas
y muestran los objetos y quincallas,
también las librerías infantiles
y aquellas con las ropas y las faldas.
Se ofrece a nuestros ojos, ese otoño,
el mundo de la moda y de la magia,
el mismo que atenaza los sentidos
del hombre prisionero de sus garras.
Porque es la propaganda la que prima
y vuela como norma en la palabra,
llevando a consumir lo que no quieres
por medio de ese gancho que te atrapa.
Maldita conmoción la de la mente
sumida en el consumo y propaganda,
se olvida de los hombres y los niños
y tantas primaveras con sus lágrimas.
"...Al despertar, de nuevo, me pregunto,
la causa y el motivo de esta gracia,
no quiero libertad con condiciones
si acaso ser la flor en tu ventana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/16
la juventud reclama su añoranza,
es esa sensación inenarrable
que surge en las entrañas y las almas.
Se mira hacia el invierno, tan cercano,
se evocan primaveras, con nostalgia,
se tiembla con el viento del oeste
y luego se prosigue la jornada.
La vida se compone de momentos,
de nieves en las cimas más lejanas,
galernas precediendo a los estíos,
instantes de tormenta y marejadas.
Afuera, a nuestro lado, las aceras
se cruzan y parecen telarañas,
los hombres las recorren lentamente
y en ellas van dejando sus pisadas.
Se alzan las persianas de las tiendas
y muestran los objetos y quincallas,
también las librerías infantiles
y aquellas con las ropas y las faldas.
Se ofrece a nuestros ojos, ese otoño,
el mundo de la moda y de la magia,
el mismo que atenaza los sentidos
del hombre prisionero de sus garras.
Porque es la propaganda la que prima
y vuela como norma en la palabra,
llevando a consumir lo que no quieres
por medio de ese gancho que te atrapa.
Maldita conmoción la de la mente
sumida en el consumo y propaganda,
se olvida de los hombres y los niños
y tantas primaveras con sus lágrimas.
"...Al despertar, de nuevo, me pregunto,
la causa y el motivo de esta gracia,
no quiero libertad con condiciones
si acaso ser la flor en tu ventana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/16
Ay, el consumismo que nos arrastra a atesorar cosas superfluas, y nos olvidamos de atrapar ese momento único.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael.
Cierto Carmen, así es por desgracia.
EliminarUn abrazo.
A ver cuando vamos a despertar en esos instantes que nos regala el día a diario.
ResponderEliminarPrecioso como siempre Rafael.
Que tengas buen día.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Tus versos como siempre ...amor ...nostalgia y tirar por la vida ,pero siempre tu bellos versos aquí.
ResponderEliminarAbrazos
Quizás es la esencia de la poesía Marina.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
uuufff una maravilla de poemas porque conjugas varios ingredientes, la belleza de una poesía con melodía dulce, su frescura , su contenido si, si fuera por la propaganda las necesidades se hacen infinitas ya que ellos la crean supuestamente para hacerte feliz , yo también quiero solamente una flor en mi ventana m un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarDemasiado consumismo y poco corazón en estos tiempos.
ResponderEliminarBonito cierre.
Besos.
Cierto, Carmen.
EliminarBesos.