Yo corro con playeras remendadas
tratando de encontrar una salida,
sorteo los caminos y calzadas
vibrando en el otoño de la vida.
Es cierto que las sendas añoradas
causaron, al pasar, alguna herida,
rencores con envidias silenciadas
dejaron a mi alma descosida.
Pero ahora que termina esta carrera
entiendo que la vida es un lamento,
un grito por querer y que te quiera
el dulce corazón que está sediento.
Por eso pongo fin a esta locura
y arrojo mi calzado a la basura.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/16
El otoño deja ese banco para descansar del ajetreado correr de la primavera y el verano, el otoño de nuestras vidas regala la calma que buscábamos al trote de unas zapatillas descosidas.
ResponderEliminarPrecioso sentir, Rafael.
Mil besitos.
Gracias por interpretar fielmente mis versos, Auroratris.
EliminarUn abrazo.
¡Ay Rafael!! las remeras remendadas son como nuestro corazón, a veces los golpes dolorosos le dejan sus cicatrices.
ResponderEliminarmariarosa
Sí, María Rosa, suele pasar muchas veces, por desgracia.
EliminarUn abrazo.
uufff no no debemos terminar esta carrera de la vida aunque veces nos duela precioso poema amigo un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarPor supuesto Bea, tenemos que hacer todo lo posible para que esta "carrera" sea lo más larga posible y podamos disfrutar de ella.
EliminarUn abrazo.
Yo también Rafael, me gusta este recorrido por la vida, aunque a veces no sea todo lo hermoso que deseamos.
ResponderEliminarFeliz día, Un beso.
Seguro que a todos nos ocurre lo mismo, Carmen.
EliminarUn beso.
Un poema que invita a una reflexión sobre nuestros actos. Genial
ResponderEliminarGracias Pepe.
EliminarUn abrazo.
Nunca es demasiado tarde como decía en unos versos; José Ángel Buesa.
ResponderEliminarFELIZ TARDE
ABRAZOS
Marina
Cierto Marina, nunca es demasiado tarde.
EliminarUn abrazo y feliz noche.