Se va la tarde
tranquila, de un invierno,
que se termina.
Quedan tres días,
dicen, los calendarios,
y los mayores.
Pero el invierno
se queda en muchas almas
que no sonríen.
Hay nubes negras,
tormenta y temporales
que prevalecen.
Se queda el pecho
viviendo en el recuerdo
y a él anclado.
Y en pocos días
vendrá la primavera
que enerva el alma.
Rosas y sangre
en nueva transfusión
para el mañana.
Todos ansiamos
tener esos momentos
de amar sin llanto.
Se va la tarde,
nos dicen, y no importa,
ya vendrán otras.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/21
Cambiamos de una estación a otra así como pasamos de una emoción a otra. Hay grises que prevalecen y dorados que duran demasiado poco.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, bello poema, conmovedor. Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo en la tarde.
El invierno con sus nubes y su frío... a veces nos atrapa.
ResponderEliminarBello poema ❤😍
Gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.
También nosotros nos vamos cada tarde, nos quedamos quietos esperando el nuevo día y volvemos a nacer, porque cada día comienza la vida.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu buen hacer, Rafael.
Gracias por tu comentario, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
se va esta tarde de verano, que parece llevarse al verano mismo... todas las despedidas prometen un encuentro.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, anhela...
EliminarUn saludo.