Surcas el cielo
y vuelas tras las nubes
con las gaviotas.
Llevas suspiros,
con cánticos sagrados
de las mareas.
En tus pestañas
se posan las cenizas
de las estrellas.
Hace algún tiempo
soñabas con un viaje
casi imposible.
Porque querías,
volar, ¡volar muy alto!
sin rumbo fijo.
Pero tus alas
estaban algo rotas
y con heridas.
Ahora te marchas
en busca de otros mares
y de otros brazos.
Y es que tu alma
acusa los otoños
y primaveras.
Sigo tu vuelo,
poeta irreverente
y voy contigo.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/21
Que bellos versos nos has dejado , pero me quedo con este"En tus pestañas se posan las cenizas de las estrellas"
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche del martes.
Gracias por fijarte en esos versos, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Nostalgico y hermoso poema..
ResponderEliminarA veces nuestras letras acompañan el vuelo de esa persona que se marcha...y lo convertimos en poesia.
abrazos Rafael!!
Gracias Eli Méndez.
EliminarUn abrazo.
Quiso volar, pero las mariposas dejan en el aire, cuando vuelan al otro mundo, una estela de sonrisas.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mari Pau.
EliminarUn abrazo.
Hay quien vuela buscando un nuevo destino y hay quienes vuelan siguiendo la estela del amor. Sería hermoso darse cuenta que el destino no está al frente y lejos, sino a un costado y nos sujeta el ala cada vez que flaqueamos.
ResponderEliminarHermoso poema amigo, un abrazo, Paty
Sí, Paty, es como dices.
EliminarUn abrazo y gracias.
Nostálgicas y siempre bellas tus palabras.
ResponderEliminarBesicos.
Agradezco las tuyas, Galilea.
EliminarBesos.
Quien tiene la necesidad de volar, a pesa de las heridas, lo hará.
ResponderEliminarY siempre se queda en tierra alguien que verá su estela.
Al menos queda el poema.
Abrazo, Rafael.
Cierto, Verónica, siempre "nos quedará" la poesía.
EliminarUn abrazo.