El mar, silente,
descansa, con sus cantos,
sobre la playa.
Esa resaca
y el coro del salitre
buscan la arena.
En este lecho,
dorado y agridulce
hayan la paz.
Pero es el mar,
la cuna de la vida,
de quien hablamos.
Entre sus aguas
surgieron los latidos
y la existencia.
Nacieron versos
y hermosas sinfonías
de un orden nuevo.
El gran poema,
sin letras y palabras,
dio su comienzo.
Versos y seres,
unidos en un sueño
que aún perdura.
Y aquí me llegas,
¡oh mar!, hasta mis brazos,
cierra los ojos.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/21
El mar abraza aquellos que se acercan a él con sus olas, con su brisa.
ResponderEliminarél es la inspiración de poetas y músicos contemplado su horizonte las musas hace llegar. Un abrazo y feliz viernes.
Así es Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
me cae tan lejos...
ResponderEliminarEs una pena Erick.
EliminarUn saludo.