Dientes de gato,
recuerdo era el apodo
que te pusieron.
Pero atendías
al mote, por tu nombre,
sin protestar.
Pero al final
los dientes alegraban
a tu sonrisa.
Éramos niños,
jugando en el colegio
con otros niños.
Allí las bromas
se daban y tomaban
como si nada.
Aquellos años,
recuerdo en la distancia,
fuimos felices.
Luego crecimos
marchamos a una vida
desconocida.
Vencimos miedos,
ganamos y perdimos
en muchos frentes.
Pero no olvido
los dientes de un gatito
encantador.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/21
Tierno y evocador... un poema lleno de añoranzas, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la noche.
Gracias por verlo así, Auroratris.
EliminarUn abrazo.
Que recuerdos mas lindos son los de la infancia. Un abrazo
ResponderEliminarSupongo que todos tenemos algunos parecidos, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Esos apodos que nos acompañaron, y que ahí siguen en la memoria.
ResponderEliminarBonitos recuerdos. Un abrazo
Cierto Mari Pau, ¡cuántos tenemos guardados...!
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael viajé a mi infancia, gracias, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias a ti Bea.
EliminarUn abrazo.